La campeona del mundo de taekwondo regresó ayer a La Palma, donde recibe el calor de su gente
David Sanz (Diario de Avisos)
Santa Cruz de La Palma
Rosanna Simón regresó la tarde de ayer a su isla natal, La Palma, después de conseguir la medalla de oro en el Mundial de Taekwondo disputado la pasada semana en Copenhague (Dinamarca). En el aeropuerto la esperaban inquietos un grupo de niños de su barrio, Puerto Naos, en Los Llanos de Aridane, junto con sus padres, familiares y amigos, que rompieron en un fuerte abrazo nada más verla entrar por la puerta que lleva a la pista. Un reconocimiento que también recibió de la presidenta del Cabildo, Guadalupe González Taño, que quiso felicitar a esta deportista de élite que ha cosechado uno de los logros más importantes en la historia del deporte palmero.
Con el pelo recogido, una figura atlética imponente y un carácter sencillo y amable, Rosanna Simón fue saludando a todos los que se acercaban a felicitarla por el logro del pasado domingo que la sitúa como la mejor del mundo en este arte marcial por el que tantas cosas ha tenido que sacrificar pero que empieza a brindarle estos reconocimientos que merece.
Sin lugar a dudas, esta medalla de oro del Mundial, como ella misma reconoció en la rueda de prensa, le sirve en cierta manera para quitarse la espina que tenía clavada desde las pasadas Olimpiadas de Pekín. No obstante, su carácter competitivo no le dejan satisfecha del todo y espera poder resarcirse en los próximos Juegos Olímpicos.